PEQUEÑAS MENTIRAS EN EL MARKETING INMOBILIARIO
Esa era una de las primeras propiedades que me dieron a vender, por mi cabeza no había otra cosa que saliera de mi cabeza,... ¿Cómo vendo esta casa?, ¡Madre mia si hasta miedo me da entrar de noche!, otra parte de mi cerebro le decia .. ¡Shhh callate voz del demonio!.
No sabía que hacer, ni siquiera sabia decir que nó a mi amigo, quien confiaba que vendiera su casa, la casa que habia vivido de niño, pero al parecer el tiempo pasa para las casas tambien. Llegué a casa y me acerqué a Dios, le decía que probablemente me había equivocado de esta nueva profesión, Agente Inmobilario no me calzaria bien, ¡Bendita educación cristiana!, ¡Dios sabe que no quería mentir a nadie!. Con el paso de los dias decidí ir muchas veces a esa casa, haber si conseguia que me gustara, empecé a buscar las ventajas de esa casa, y poco a poco Dios me fué mostrando que no estaba todo perdido, entendí dentro de mi corazón que Dios esta en control de todo y que es El quien vendería esa casa, no yo. Empece a publicar anuncios con las cosas que Dios iba poniendo en mi corazón,.... de pronto empezaron a salir posibles compradores, el primer gracioso me dijo, ¡Te doy una luquita por esta casa!,... mi cerebro volvió a explotar, el terreno vale mucho más, y ni siquiera para convencer a los propietarios de arreglar aquel aparente esperpento. Mis clientes habian decidido venderlo como casa, no como terreno, asi que el precio que ellos esperaban era mayor que "la luquita", sin embargo, Dios me siguió dando fuerzas y ánimo para seguir ofreciendo esa casa, que para ser honesto, a veces me daba verguenza ofrecerla. Pasaron las semanas, y un señor se me acercó y me dijo que quería esa casa tal cual estaba, ya la conocía de hace años, y por alguna extraña razón que desconozco, o quiza conozca, el la quería tal cual era, no iba a pagar el precio ofrecido, pero negociando con mis clientes llegamos a un buen acuerdo para ambas partes. Aquella casa calzaba como una pieza de un puzle para ese cliente comprador, no habia hecho falta mentirle en nada, algo que había propuesto en mi corazón no hacer, el ya conocía la casa de hace varios años, y la quería tal cual. Personalmente me gusta el Marketing, las imágenes y todas esas cosas nuevas que nos trae la nueva tecnología, sin embargo sé que mis clientes y esta profesión se merecen personas que no maquillen la verdad sobre algo que es o nó.
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